¿En serio, profesor? [Godric Gryffindor]

No le gustaba castigar a los alumnos a decir verdad, siempre preferia quitar algun punto que tener que estar pendiente a un alumno en sus horas libres pero ese dia habia sido un mal dia, mucho trabajo y una nueva discusión con el jefe de la casa esmeralda habia hecho que al llegar a la clase de los alumnos de sexto ya estuviera con los nervios crispados. El que le tiraran un libro habia sido la gota que colmo el vaso, en otra ocasion le hubiera quitado veinte puntos a la casa de la serpiente y hubiera seguido la clase. Ya no habia remedio asi que cumpliria con el castigo que le habia puesto al joven Person.

Se encamino hasta el bosque prohibido, no se habia retrasado mucho por lo tanto esperaba que el chico no se hubiera ido al castillo de nuevo. Se coloco su bufanda escalarta y fue hasta la entrada del bosque donde le espera el Slytherin. Miro al cielo cuando le acuso de llegar tarde y ladeo la cabeza

¿Tan tarde llego? Vaya, pensaba que solo me habria retrasado unos minutos pero siento mi tardanza, señor Person-se disculpo e hizo un gesto con la mano para quitarle importancia-Bueno el castillo necesita leña asi que tu castigo sera cortar algunos troncos para poder calentar las salas comunes y resto de salas-se explico el mayor. A continuacion cogio una rama del suelo, no muy fina, y con un elegante movimiento de varita la convirtio en un hacha que se veia robusta y que aguantaria la tarea-Bien, aqui tiene-dijo ofreciendosela-Acompañeme y le dire el lugar donde empezara su castigo

Tras esto, se puso a andar hasta donde cumplirian el castigo y señalo un monton de troncos caidos-Sobra decir que nada de magia ¿verdad? Vamos, empieza

El joven Slytherin resistió a la tentación de dejarle los ojos en blanco a su profesor, aunque realmente le costó horrores no reflejar aquel gesto en su rostro. ¿En serio pensaba ponerle a cortar leña? Por si no se había dado cuenta, sus brazos eran delgados y estaba canijo como el que más. Si no estaba más canijo era porque se aseguraba de comer propiamente sus tres veces al día, la cantidad necesaria.

Cogió el hacha que el profesor le ofrecía, sintiendo de pronto la presión en su cuerpo cuando el otro dejó de sostenerla. Solo por su orgullo, la mantuvo entre sus manos, aguantándose igualmente un jadeo. Miró incrédulo al profesor, andando tras él sin mucho ánimo, no se esperaba que le fuera a decir eso.

¡¿Sin magia!? Era una auténtica locura. No podría ni en broma hacer lo que le pedía, en su vida había cortado leña. Miró los troncos caídos y su expresión comenzó a reflejar una vaga inquietud. No sabía si era capaz de hacer eso. Realmente lo dudaba. Respiró hondo, dejando que el frío aire de invierno entrara y se calase hasta lo más profundo de su ser. Luego cerró los ojos unos instantes y, al abrirlos, se acercó a los troncos, silencioso y pálido como un muerto. Puso el primero correctamente y levantó el hacha lo justo para saber que no perdería el equilibrio al bajar el arma al intentar cortar la madera.

Sin magia... Se repitió mentalmente el chico, tratando de evitar caer en la tentación de sacar su varita. No le iba a dar el gusto al otro de mostrar mayor debilidad.

Bajó el arma en un intento de cortar la madera, pero se quedó atascada en mitad del tronco y, cuando intentó sacarla, esta no parecía ceder. Apoyó un pie en la madera para hacer efecto palanca a ver si conseguía sacarla. Y vaya que si lo hizo. Pero por el efecto, se vio impulsado hacia atrás, cayendo de culo al suelo mientras el hacha se le resbalaba de sus heladas manos y caía a centímetros de su cabeza, dejando al chico totalmente congelado de miedo y frío.

Quizás se había pasado con el castigo que había impuesto al joven Slytherin ya que si provenía de una familia adinerada nunca habría trabajado en nada parecido a eso. Se sentó en un tocón del árbol para poder controlar a su alumno en silencio. Tenia que estar atento por si el Slytherin decidía darse a la fuga, no lo creía pues seria una estupidez dado que le daba clase y lo podría encontrar en cualquier momento. Se quedo mirando como intenta partir el tronco, algo divertido al verlo en apuros. Lo que no esperaba era que el hacha terminara a unos poco centímetros de su cabeza

-Person...-se acerco a él y le ayudo a levantarse-Creo que esto no es lo tuyo ¿verdad?

Se puso delante de él para examinarle la cabeza, preocupado, parecía que no se había hecho nada. Suspiro aliviado, si algo le llega a pasar no se lo hubiera perdonado a si mismo, haberle hecho algo solo por un castigo no seria propio de él. Ademas, si se hubiera metido en un buen lio, tanto él como el colegio. Podrían quitarles el permiso para dar clases o a saber. Se quedo mirando el hacha y deshizo el hechizo que la convertía en eso. Bien, tenia que pensar otro castigo, uno que no fuera tan físico y que no pudiera suponer un peligro mortal para el alumno.

Bien, vamos a cambiar de castigo ¿de acuerdo? Esto..no ha resultado ser la mejor idea-Suspiró y miro alrededor. Creía recordar que Helga le dijo que necesita un tipo de planta, bien, ese seria el castigo. No era uno que le agradara mucho pero era mejor que un alumno perdiera la cabeza.-Vamos a buscar plantas para la profesora Hufflepuff ¿de acuerdo? Así no te pondrás en peligro...

Empezó a andar, adentrándose mas en el bosque con la varita en la mano. El bosque estaba lleno de peligros, adentrarse sin estar alerta era una estupidez que esperaba que ningún alumno hubiera hecho nunca

El joven Slytherin miró de reojo el hacha que había a su lado, mirando seguidamente al profesor a medida que este se le acercaba. Aguantó un pequeño bufido de frustración y se incorporó sin la ayuda del moreno, tenía aún algo de orgullo que le impedía el aceptar semejante trato cuando se merecía incluso más. Pero no añadió nada más, se limitó a mirar al profesor y de nuevo al arma mientras escuchaba sus palabras y pensaba en lo cerca que había estado de morir. Demasiado cerca para su gusto. Estaba contemplando el filo del arma, resplandeciente, cuando el mago deshizo el hechizo y el hacha desapareció. Casi soltó un suspiro de alivio.

¿Que no había resultado una buena idea? Vaya, realmente el profesor Gryffindor era más corto de lo que había pensado en un principio. Se ahorró una contestación sarcástica y se limitó a encogerse de hombros como respuesta a sus palabras. Recoger plantas no le parecía algo especialmente molesto o importante, una pérdida de tiempo, sin duda, pero mejor que cortar madera era. Dejó los ojos en blanco para no tener que responder con palabras, no quería malgastar saliva en soltarle alguna burrada que le bajara puntos a la casa.

Así pues, caminó junto al otro mientras se acomodaba la bufanda sobre el cuello, hacía demasiado frío, especialmente mientras se internaban en el bosque. Tras unos instantes, giró la vista hacia el mayor y carraspeó suavemente.

-Profesor... ¿puedo preguntar sobre qué plantas vamos buscando? -Tanteó el joven, mirando de reojo al mayor mientras sus ojos verdes brillaban unos escasos instantes antes de entrar en la oscuridad del bosque. Sacó la varita de su bolsillo y la levantó un poco, les convenía tener algo de luz si no querían tropezarse con cualquier cosa.- Lumos... -Susurró, haciendo que en un extremo de su varita, esta se iluminase.