Elizabeth Weasley

Elizabeth es un chica de carácter dulce, amable, inocente y generosa, que siempre intenta ayudar a los demás con sus problemas. Es muy cariñosa, especialmente con la gente mas cercana a ella. Se ilusiona con mucha facilidad, y por muchas decepciones que eso haga que se lleve, no cambia, por que, en parte, le gusta ser así. También es muy soñadora, incluso sin darse cuenta de como, siempre acaba pensando en cosas fantásticas y maravillosas. Sus hermanos siempre le recuerdan que debería estar más con los pies en la tierra. Le gusta mucho pensar en un futuro feliz y apacible, viviendo en una bonita casa, rodeada de su familia y toda la gente a la que quiere.
Tiene una personalidad muy flexible, permitiendole así adaptarse a las situaciones inesperadas que le puedan surgir y también, a todo tipo de personalidades. No le gusta ser el centro de atención, se siente muy incómoda. Es muy dependiente de sus amigos y su familia, no tiene iniciativa como para hacer muchas cosas sola. Le importa mucho lo que la gente piense de ella, cosa que le aberguenza bastante, ya que sabe que eso no debería de ser así.
Es algo cotilla, cosa que no le gusta que la gente señale. Siempre que queda con alguna amiga de confianza, es muy probable que acaben charlando sobre personas que no están allí. No lo hace con mala intención, pero tampoco con buena.

Elizabeth ha tenido, lo que se dice, una vida más o menos fácil. Nació en el seno de una familia a la que, aunque le faltaba el dinero, había mucho cariño y amor.  Tenia un hermano mayor que aunque fuera bastante travieso y algo molesto, jugaba con ella y la quería,  y aunque no tuviera todos lo que una niña pequeña quisiera tener, fue muy feliz. Un año después de nacer Elizabeth, sus padres tuvieron otra hija, que cuando la niña fue mas mayor, jugo con ella y fue todo lo cariñosa que pudo. A los oídos de la dulce niña no llegaron noticias de quema de brujos y brujas hasta que fue muy mayor, ya que sus padres intentaron ocultárselo todo lo que pudieron. Desde que se enteró, empezó a asustarse bastante, llegando a tener unas pesadillas horribles. Al paso del tiempo, al ver que nada les sucedía a sus seres queridos, se relajó un poco, pero jamás le perdió el miedo a eso.
Sus padres, se encargaron personalmente de que sus hijos recibieran aunque fuera un poco de educación antes de entrar a Hogwarts, intentando explicarles todo lo que pudieron.
Entró a Hogwarts a los once años, como prácticamente todos los alumnos. Siempre había tenido muchas ganas de ver como era el castillo con sus propios ojos, y ver si todas las maravillosas historias sobre fantasmas, cuadros y escaleras que se movían, que sus padres y su hermano contaban eran ciertas. El primer año en la escuela se le pasó muy rápido. Conoció a mucha gente muy agradable, y hizo muchos amigos. Al estar en una casa y un curso diferentes a los de su hermano, Elizabeth no lo pudo ver tanto como había pensado que lo haría, y especialmente los primeros meses, tenia algo en el interior que le hacia querer volver a casa, para ver sis sus padres y su hermana estaban bien. Aún así, la pequeña pasó un año maravilloso, aprendiendo todo lo que pudo, e intentando hacerse algun buen amigo con el que pasar buenos ratos por el castillo, y así echar menos en falta su casa.  Al volver a casa en verano, le explicó a su hermana pequeña y a sus padres, muy feliz de volverlos a ver sanos y salvos, todo lo que había visto y aprendido durante el curso. Su segundo año, fue muy similar al primero. Cada vez dejaba mas atrás a la pequeña niña que fue, y se parecía mas a la  joven soñadora que sería en un futuro.
Su asignatura favorita siempre fue Transformaciones. Lo encontraba extremadamente interesante y elegante. Era la asignatura en la que mas se esforzaba para sacar buenas notas. Adoraba sentarse a practicar, y ver como con un simple hechizo, podía convertir un objeto pequeño en un conejo y luego devolverlo a su estado original. Adoraba también Cuidado de Criaturas Mágicas, donde podía estudiar a tantos animales adorables y encantadores.
El quinto curso llego muy rápido para su gusto, y se dio cuenta de que cada vez le faltaba menos para salir de Hogwarts. Elizabeth tenia un pequeño enamoramiento de Altair Malfoy, a quien había conocido en primer curso en una clase compartida que tenia con Slytherin. Jamás se había atrevido a dirigirle la palabra, pero lo encontraba muy elegante y guapo.
Ahora vuelve a Hogwarts, para cursar el sexto y penúltimo año de su enseñanza en la escuela.