Follow rivers {libre}

Era extraño como a veces sentía la necesidad de salir del castillo y huir a los terrenos normalmente más frecuentados por el resto de los fundadores o por los alumnos. No es que haya tenido un mal día, sus alumnos eran brillantes y esa inteligencia hacía que dar clases fuera de hecho más un placer que una obligación; sin embargo se sentía cansada. Los pasillos estaban a rebosar de alumnos y ella no tenía deseos de estar alrededor de tanta gente. El frío, bendito sea, mantenía a las personas alejadas del exterior y eso lo agradecía profundamente. Por supuesto, tanta belleza no era posible y un par de alumnos le siguieron por el puente y conversaron con ella, cosa que permitió aunque finalmente tuvo que disculparse con sus alumnos, alegando que tenía cosas importantes que hacer en los invernaderos, basta decir que realmente nunca fue a ellos.

Sus pasos lentos le guiaron a través del empedrado hasta la zona de pastos que ahora estaba cubierta de nieve. Su falda ondeó, el frío tocando sus piernas aunque eso no impidió que siguiera avanzando. La capa azul se agitó a su espalda cuando un fuerte viento quiso detenerla. No lo logró, pero si alborotó ligeramente su ropa y su cabello. Sus manos de dedos delgados y ágiles colocaron correctamente su diadema y esta le ayudó a mantener domado su cabello negro.

No tardó mucho tiempo en llegar a la orilla del río y observó con cuidado los tentaculos del calamar gigante asomarse por el agua cristalina. Sonrió de lado y suspiró. Sus rodillas se doblaron y se sentó sobre su capa, encogiendo las piernas de modo que pudiese recargar su rostro en sus rodillas, acomodando el vestido antes para mantenerse cubierta. En momentos como estos le gustaría usar pantalones como los varones. Un tentaculo se acerca a ella y Rowena lo palmea con gentileza. - No entiendo por qué los alumnos te temen. - comentó en voz baja y dejó que el tentaculo se alejara de su toque. Sus pensamientos la llevaron por un momento a Robert, que nunca le tuvo particular aprecio a la idea de tener a semejante animal en los terrenos del castillo, pero eso podía decirse también de los centauros y otras criaturas que habitaban el bosque prohibido. Rowena tenía amistad con algunos centauros, pues compartían el amor por la astronomía. Eso tampoco logró entenderlo Robert nunca.

Unos pasos la sacaron de sus reflexiones apuradas y cerró los ojos, frunciendo el ceño con algo de disgusto. ¿Quién la estaba interrumpiendo?

Había salido de las clases de defensa contra las artes oscuras, había sido una clase divertida con los de tercero. Había conseguido un bogart, por tanto habían practicado el hechizo ridículos. La risa había estado presente en toda la clase, viendo como la criatura se transformaba en extraños seres pero todos ellas divertidas. Salió al jardín, tenia que buscar una criatura marina para su próxima clase con los de quinto año, si podía llevarlo a la clase parecía que la materia se volvía mas liviana, los alumnos podían practicar el hechizo en vivo con la criatura en vez de solo memorizarlo ¡Eso era mas aburrido! El siempre había practicado junto a su padre, allá en África. La sabana siempre había sido su lugar de practica donde su padre le hablaba sobre su idea de un colegio donde todos los niños pudieran aprender, ese sueño que heredó Godric y, como casi todo, lo que se propone lo conseguía. Solo había una cosa que se llegaba a escapar de él, una bruja brillante con una gran inteligencia. Negó con la cabeza, no, no iba a pensar en ella ahora, tenia que buscar un Grindylow que ya era bastante difícil su tarea como para pensar en una mujer

Saludó a algunos alumnos de su casa que correteaban por el jardín o estaban sentados bajo los arboles. Disfrutando de la nieve que había cubierto los jardines del castillo, sonrió suavemente, todavía recordaba cuando vio la nieve después de volver de África, tan fría y tan extraña para él después de su adolescencia en el otro continente, aunque ya se había acostumbrado al frio de Escocia. Se acerco al lago para llevar a cabo su tarea pero se paro al ver aquella figura que correspondía a la fundadora de la casa azul. Se quedo quieto sin saber que hacer ¿Se acercaba y saludaba educada mente o se sentaba a hablar con ella? No tenían muchos momentos donde estuvieran solos, y no por falta de ganas por parte del león. Sonrió suavemente como si nada pasara, saludaría y luego iría al lago a encontrar a la criatura, eso haría, ando hasta ella y se coloco a su lado

Buenas tardes, Ravenclaw-saludo el mago a la bruja mirándola aun con la suave sonrisa. Fue entonces cuando se fijo que Rowena parecía tener frio, con un movimiento ágil, se quito la capa y se la coloco sobre los hombros a la inteligente bruja. No lo hacia por lo que sentía por ella sino por caballerosidad, es lo que debía hacer-No te molestare mucho...solo vine para ver si consigo un ser marido para mi próxima clase. Volverás a tener tu momento de soledad enseguida. La capa te la puedes quedar hasta que vuelva. Tengo que buscar una pequeña criatura del lago ¿sabes a que temperatura esta el lago?-pregunto, divertido por el hecho de tirarse al agua, nunca había visto el fondo marino del lago del colegio y siempre había tenido curiosidad de ver las criaturas que allí habitaban. Solo sabia que había sirenas y el calamar gigante

De todas las posibles personas que podrían haberla interrumpida, tenía que ser Godric Gryffindor el que lo hiciera. Era especialmente irónico tomando en cuenta que justo estaba pensando en su fallecido esposo. Su mirada oscura se posó en las aguas calmas del lago, negándose por un momento a mirar a Godric hasta que sintió la capa pesada y abrigadora del león caer sobre sus hombros. Cerró los ojos cuando la sintió sobre su cuerto y los abrió momentos después, ladeando ligeramente la cabeza para mirar al hombre. Carraspeó la garganta ligeramente y sacudió la cebeza. -Buenas tardes, Gryffindor. - replicó entonces, finalmente y continuó abrazando sus piernas mientras lo miraba con curiosidad en sus ojos ávidos. - Debes estar demente si piensas entrar al río, no necesito mi inteligencia para saber que está helado. - reprochó en respuesta, poniéndose de pie.

Se cruzó de brazos, aunque seguraamente ese gesto tan severo se veía cómico en ese momento tomando en cuenta que su figura lucía pequeña en medio de la capa de Godric. -Al menos utiliza el casco burbuja si no te interesa tener neumonía. -indicó y levantó su varita ella misma. Su varita, de madera obscura que lucía un color similar al morado, apuntó a la cabeza del mago y Rowena no necesitó más que murmurar el hechizo para que una burbuja cubriera la cabeza melenuda del león. Una sonsira media traicionó sus labios. -Tu dedicación merece algo de té o quizás café. Apúrate y lo recibirás. -habló con voz serena.

Quizás Godric y el resto de los fundadores consideraran que tenía un corazón frío por rechazar los avances de Godric, pero lo cierto es que no le gustaba tener que hacer pasar dolor a su viejo amigo. Entendía un poco lo que era que el corazón se escapara de la razón, pero ella nunca se había permitido pasar por lo mismo, en su familia eso no pasaba.

Se sentó nuevamente y aguardó a que Godric entrar al río, esperando a que no se ahogara. Ya cuando estuviese fuera podrían secar sus ropas con algún hechizo.

Se quito las botas antes de volver a reírse suavemente entre dientes ante las palabras de la mujer. Si tenia que estar helado. Iba a tener que tomarse luego una buena copa de hidromiel o whisky de fuego poder calentarse bien todo el cuerpo ¿demente? Quizás si que lo estaba pero no era nada nuevo que el mago escarlata se embarcara en una aventura que nadie mas haría, estaba en su carácter lo de ser atrevido, aunque esperaba no coger un catarro o Helga le echaría la bronca por tirarse a un lago helado en mitad del invierno de escocia...tenia que admitir que no había sido su mejor idea ¡Pero ya no podía volverse atrás! Les había prometido un Grindylow a sus alumnos y eso es lo que tendrían. Se giro a mirar de nuevo a su vieja amiga, aguantando las ganas de reírse ante su aspecto tan severo pero a la vez tan pequeña que le daba la gran túnica del fundador

No te preocupes, Rowena, estaré bien. No suelo resfriarme a menudo-comentó el mago mientras le guiñaba un ojo como gesto amistoso. Fue a sacar su varita para hacer él mismo el hechizo cuando noto su cabeza rodeada por esa burbuja que le proporcionaría oxigeno durante todo su recorrido. Sonrió de lado e hizo una señal de aprobación ante el ofrecimiento de te o café, le sentaría bien después de pasar frio en el fondo del lago-Espérame, no tardare mucho ¿Cuanto se me puede resistir una criaturita tan pequeña?-rió de nuevo y sin esperar contestación por parte de la inteligente bruja, se tiro al agua

El león empezó a nadar hasta el fondo del lago esperando no tardar mucho en encontrar aquello que andaba buscando. Buceaba con la varita en la mano, el fondo del lago era un lugar peligroso incluso para un brujo adulto como él, no sabias que te podía salir de cualquier lugar, todo era un buen escondite para las sirenas, había oído que no eran muy amigables con los magos que invadían sus territorios como estaba haciendo ahora mismo Godric. Habían llegado a un acuerdo, gracias a la habilidad de Helga de hablar sirenio, para que no atacaran a los alumnos mientras iban en los botes pero no quería arriesgarse a que fuesen igual de amistosas con él. Ya llevaba un rato bajo el agua cuando vio una sombra entre las algas. Se acerco con cautela aunque el ser apareció de pronto delante del profesor arañandole el brazo, aunque gracias a los reflejos de Godric no fue tan profundo como podría haber sido. Se miró la herida unos segundos, tendría que curarselo después. Golpeó a grindylow cuando se le volvió a acercar y aprovecho el aturdimiento del ser marino para lanzarle el hechizo desmaius dejándolo inconsciente. Suspiro aliviado de tener al bicho ya así y le creo una pequeña bola de agua alrededor, no quería que se asfixiara cuando saliera al exterior y su esfuerzo hubiera sido en vano.

No tardo mucho en volver a salir a la superficie, murmuro el contra hechizo para librarse del casco burbuja y sentó en el césped del colegio-¿V-Ves? Te dije que no tardaría demasiado-susurro cansado  a la bruja que le estaba esperando. Había empezado a tiritar por el frio que hacia y lo mojado que estaba-¿Donde esta mi te calentito?-bromeó mientras se levantaba buscando algo con lo que limpiar y tapar su herida, luego tendría que ir a buscar a Helga para que la curara aunque tendría que aguantar un buen sermón por su temeridad.

Era cierto que Godric era el más valiente de los cuatro, sino el que siempre tenía las ideas y llevaba a cabo las acciones más descabelladas. En un nivel más personal, Godric era, de hecho, la persona más diferente a ella de entre todos los fundadores. No solamente era él hombre, sino también mucho más valiente que ella, mucho más encantador y extrovertido, y con una inteligencia distinta a la suya, mucho más práctica. Allí donde ella era ideas, él era acciones. Quizás era por eso que poco tiempo después de conocerse, al menos de algún modo, los dos parecieran gravitar uno a lado del otro, pero el destino, si acaso existía, tuvo a bien mantenerlos separados. Ella estaba casada cuando lo conoció, o al menos comprometida. No hubiese importado que Rowena se hubiese percatado de los sentimientos de Godric por ella antes, nada hubiera cambiado porque su familia la había entregado ya a un hombre de buena familia.

En ocasiones se entretenía un momento pensando cómo habrían sido las cosas si hubiese sido Godric con quien se hubiese desposado, si Helena hubiera sido de él y no de Robert. Estaba segura de que todo habría sido muy diferente, pero cuando comenzaba a alargarse la fantasía, la detenía de manera abrupta. No había caso en pensar en los hubieras.

Quiso decirle que no se resfriaba a menudo porque tampoco solía entrar al lago helado durante el invierno escoces con frecuencia. De cualquier modo se quedó callada y lo observó, se veía gracioso con la burbuja en la cabeza y eso le ayudó a ignorar el guiño de ojo. Luego de su comentario quiso reñirle que no estaba bien subestimar a ninguna criatura mágica, incluso si tan sólo era un Grindylow, pero Godric quizás supo que iba a sermonearlo incluso antes de que Rowena siquiera abriera la boca. Observó como el cuerpo de su compañero fundador desaparecía en el agua y lanzó un suspiro. Se dio la vuelta y se acomodó mejor la capa sobre los hombros, aprovechando el calor por ahora, porque iba a regresarla nada más el león saliera del agua.

Atrajo su tetera y la base con un movimiento de varita, utilizando el hechizo Accio. Vertió agua en la tetera con su varita y la calentó rápidamente, hirviéndola con la canela. Dio un vistazo al lago, para ver si había salido ya y al ver que Godric seguía sumergido, decidió juntar algunos maderos de los árboles alrededor y creó una fogata. Justo cuando retiraba su varita de apuntar a los maderos, Godric salió del lago. Lo primero que notó fue el aspecto de perro mojado que los rizos mojados le daban al mago. Lo segundo la criatura desmayada y la tercera el rasguño rojo en el brazo del león.

Frunció el ceño y debatió consigo mismo si debería acercarse y curarlo o esperar a que Helga lo hiciera. –Eres un desastre.- indicó con una sonrisa ligera. – Tienes una herida en el brazo.- dijo después, con el ceño ligeramente fruncido. Lo frunció más con la broma y sacudió la cabeza.- Hombres.- masculló, pero sus ojos tenían el brillo de broma con el que Godric le había preguntado por el té prometido. Se acercó finalmente al otro fundador, sosteniendo con una mano la taza y con otro la varita –No te muevas.- indicó con tono severo y con un movimiento rápido de su varita, la ropa de Godric estaba seca. Era un hechizo sencillo que hacía que de la varita saliera aire caliente, perfecto para secar ropa. – Acércate a la fogata. – fue la siguiente indicación y le entregó su té. – Déjame ver esa herida. – pidió y le dejó la túnica en los hombros antes de inclinarse, tomando el brazo frío de Godric. Limpió la herida con su pañuelo y presionó la tela en la herida para que dejara de sangrar. – No voy a curarla, porque espero ver como Helga va a reñirte.

Helga dice lo mismo, no se porque siempre decís que soy un desastre ¿tan mal aspecto tengo?-rió suavemente y levantó el brazo herido-¿esto? No es nada, si apenas duele, he tenido cosas peores. Recuerda algunas de mis escapadas y veras que he vuelto peor, no con un simple arañazo-añadió el fundador mientras miraba a la mujer. Le gustaba ver es sonrisa y ese brillo divertido en los ojos de Rowena, le hacia ver mas hermosa de lo que ya era y, según el leon, eso era bastante dificil. Él siempre, o casi siempre, conseguía que Ro sonriese suavemente con algunas de sus locuras u ocurrencias.

Ni se me ocurriría hacerlo-Se quedo quieto cuando le lanzo ese hechizo, cerrando los ojos a gusto por el aire caliente que expulsaba la varita y la sensación de calor que ahora mismo le estaban proporcionando sus ropas, ya secas. Se dejo llevar a la fogata, cogiendo después la taza con ambas manos para terminar de calentarse las manos. Se pensó un poco si enseñarle mejor la herida o no pero termino mostrándosela, al final la bruja conseguiría que se lo enseña. Se quejó un poco cuando el pañuelo toco su herida pero no aparto la mano, si lo hacia iba a parecer que la herida era mas grave de lo que era. Tampoco lo aparto cuando presiono la herida con la intención, supuso el hechicero, que dejara de sangrar pero si que se volvió a quejar por eso. Rió suavemente ante lo de Helga, su hermana siempre le regañaba cuando venia herido de algún lugar, siempre le decía que tuviera cuidado pero las mayoría de las veces el león no se daba cuenta de cuan herido estaba hasta que la mas joven de los fundadores se ponía a curarlo-¿En serio quieres ver eso? Ro, disfrutar con el sufrimiento ajeno de un amigo no esta nada bien ¡Helga seguro que me cura con algo que escuece!-Se quejó de manera infantil, riendo después-Seguro que me echa la bronca por ser tan loco para meterme en un lago helado...Solo espero que no me deje sin galletas-bromeó antes de dar un buen trago a su te para poder calentarse mejor

No hacia falta que devolvieras ya la túnica, te la podías quedar un poco mas-comentó poniéndose su capa bien encima de los hombros. Se agradecía el calor que proporcionaba pero seguro que ahora Rowena volvía a estar helado como cuando la había encontrado-No tenia prisa en que me la devolvieras aun

Se quedo mirando el lago pensativo unos momento pero aun con una sonrisa suave en los labios. La verdad es que no le extrañaba nada que a Rowena le gustara sentarse aquí a pensar. Era un lugar alejado de los alumnos, tranquilo ademas de tener una hermosa visión, te dejaba pensar. Pegaba mucho con la jefa de la casa Ravenclaw-La verdad es que el lugar que escogiste para el colegio es precioso, Ro. Es perfecto. Y cambiando de tema-miro de reojo a la bruja-¿Y como te va con esos alumnos que tenemos? Los de tu casa casi siempre son los de mayor nota en mi clase-rió suavemente. La verdad era que todos los Ravenclaw tenían una mente brillante como su fundadora