Tarde entre libros[Privado Rowena]

La biblioteca era un buen lugar para ir a buscar información sobre su próxima aventura, quería ir a África aunque no a la casa Gryffindor sino mas al sur. El continente negro siempre había sido fascinante y pensaba que no le había prestado la atención que le debía. Bueno, quizás se pasara por la residencia de sus padres para hacer una rápida visita para ser educados pero no se quedaría, los dioses bien sabían que odiaba viajar en trasladores y no podía aparecerse en los terrenos de la familia Gryffindor. Que mala costumbre tenia su padre de hacer cosas así. Soltó un suspiro recordando la sensación que se le quedaba en el estomago cuando viajaba de esa manera. Quizás debería buscar una poción para eso entre los libros y hacerla.

Saludo a algunos de los alumnos que andaban por la sala hasta se tuvo que parar con algunos ya que parecía que tenían dudas. Los de sexto y séptimo entendía que tuvieran dudas pero no creía que diera un material muy difícil para que los de primero tuvieran dudas. Aun así les fue explicando todo con una sonrisa en la cara, no se podía quejar después de haber sido el precursor de la idea de la escuela. No se arrepentía lo mas mínimo, a él le hubiera gustado una cosa así cuando él era un joven mago aunque quizás no se hubiera convertido en el hechicero escarlata que era hoy en dia. Se despidió de los últimos alumnos que le habían reclamado para preguntarle y fue hasta el lugar donde quería ir.

Fue toda una sorpresa encontrar a la bruja zafiro sentada en uno de los cómodos sillones y leyendo aunque bien pensado ¿que había de raro en eso? Lo normal era encontrar a Rowena con un libro entre las manos aunque solía ser en su habitación y no en la biblioteca. Quizás prefería tener la compañía de los alumnos o simplemente se le había antojado. Se quedo mirando los libros mientras pensaba si acercarse o no a la mujer ¿Desde cuando era tan poco decidido? Nunca le había pasado hasta que había conocido a lady Rowena. Al final iba a tener que darle la razón a Salazar, el amor atonta a las personas. Al final termino decidiéndose y se acerco a donde estaba la otra fundadora.

-Buenas tardes, Ravenclaw-saludo mientras se sentaba en uno de los sillones que quedaban libres frente a la mujer-Espero no molestar con mi visita. Si molesto solo tienes que decirlo y volveré entre los libros-dijo sonriendo suavemente mientras intentaba ver el titulo del libro que estaba leyendo su amiga