Lyssander Odenheimer {Miembro del Consejo}

 Lyssander se trata de un hombre de naturaleza compleja: tramposo, disfruta del arte del engaño y de gastar bromas pesadas a la gente. Muchos se asombran de la extraordinaria suerte que posee. Suele mostrarse como un joven frío y distante en la mayoría de ocasiones, solo algo talante con las mujeres, aunque suele mirarlas por encima del hombro.

Maestro del engaño, Lyssander puede cambiar su carácter o actitud a una completamente diferente. Manipulador, un líder innato, conseguirá todo lo que se proponga, sin importar los métodos que tenga que utilizar. Posee un ingenio sarcástico y un toque de encanto, además de que suele lanzar frases extrañas que quizás no vengan a cuento.

Puede llegar a ser algo narcisista y masoquista. Es bastante posesivo, aunque es raro que muestre ese lado, y de hecho, no soporta el demostrar que se encuentra atado a algo… o alguien.

Además, puede parecer un hombre reservado que siempre intenta evadir cualquier pregunta sobre su entorno o espacio personal con una broma de "mal gusto" o con aquellas frases sueltas sin ton ni son. No suele mostrarse nunca como es realmente. Parece ser inalcanzable y de hecho, es capaz de serlo.

 
Lyssander goza de un físico extremadamente juvenil para su edad. A pesar de tener 35 años, cualquiera le podía confundir con un chaval de tan solo 20; tan engañoso como su completo ser.
Es un hombre de estatura media, rondando cerca de los 1.75, sus piernas largas y definidas le caracterizan bastante además de su torso delgado; no demasiado musculoso pero al mismo tiempo bastante atlético; tiene un cuerpo bien proporcionado.
Su rostro es delgado, con las facciones finas y bastante marcadas, tiene unos pómulos que podrían cortar el acero y unos ojos azules que podrían penetrar en cualquier oscuridad.
Sus labios son finos y casi siempre desembocan en una sonrisa imposible de definir con palabras. Suele llevar el cabello ondulado bien peinado, aunque el viento de Escocia tiende a despeinarlo con suma facilidad. De longitud hasta los hombros y de un suave color rubio oscuro.

Lyssander nació como hijo de muggles a las afueras de Londres, en una aldea no demasiado lejana, solo lo suficiente para ser un lugar habitual donde los viajeros repostaban sus maltrechos cuerpos. Por aquella época, ese no era ni siquiera su nombre, el cual desconoce hasta el día de hoy.

Lo que tampoco sabe es que consiguió sobrevivir a una epidemia de peste negra a la edad de un año de manera milagrosa, quizás debido a la suerte que lo acompañaría el resto de su vida o quizás fuese a que aquel pequeño era diferente al resto de la aldea. Toda la aldea cayó colapsada por la enfermedad, pero al tratarse de un lugar algo alejado nadie pasó a comprobar cómo era posible que hubiese cesado el ruido y la vida proveniente de allí. Al menos, ningún muggle.

Un hechicero que marchaba hacia Londres decidió por cosa del destino pasar por aquel lugar, y encontró el lugar completamente muerto. Él fue quien escuchó el llanto del bebé, y atraído por él y con la varita en mano, se adentró en lo que parecía una choza… y allí lo encontró, en un camastro, seguramente hambriento. A saber cuántos días habría pasado sin las atenciones necesarias… Enternecido, lo cogió en brazos, recordando el fallecimiento de su segundo hijo cuando tenía aproximadamente la misma edad que la de aquel pequeño…

No pudo aguantarlo y se lo llevó con él, silenciándose los sollozos del pequeño nada más que lo tuvo en brazos. Sin una última mirada al interior, el hechicero se marchó con aquel bebé hijo de nadie.

Fue recibido en la casa de los Odenheimer con los brazos abiertos, la esposa del hechicero lo tomó como si fuese el suyo propio, y Theodore, el primogénito de dos años más que el recién llegado no podía salir de su asombro.

Fue un asombro para todos ver, con el paso de los meses, que el pequeño Lyssander (como lo habían llamado) se trataba de una persona dotada para la magia.
Por lo demás, pasó una infancia feliz y normal, ajeno a su verdadera condición de adoptado. Quizás estuvo algo ensombrecida su vida por la presencia del mayor de los hermanos, pero aún así sus padres lo querían con locura y Lyssander lo sabía. Contaba todos sus pesares a su madre, todas sus dudas, así que ella fue la primera en percibir la gran inteligencia y mente compleja que poseía su hijo. Una mente que pendía de un hilo de caer ante la tentación de la magia negra.

Y como toda madre… temió por su suerte.

Fue el patriarca de la familia quien movió ficha el primero ante la advertencia de su mujer, y fue acercando poco a poco a sus hijos al ámbito del consejo de magos, desde muy jóvenes. Lyssander siempre se vio atraído por la idea del conocimiento y del poder que otorgaba aquella institución, así que no dudaba en acompañar a su padre siempre que se le ofrecía la oportunidad para ello.

Por aquella época fue cuando ocurrió lo peor, Lyssander descubrió acerca de sus auténticos orígenes, gracias a unos cuchicheos de los elfos. Encaró a su supuesto padre, recriminándole por no decirle nada durante todos aquellos años. Fue una situación violenta, llena de gritos, que terminó con Lyssander perdiendo el control de su propia varita y provocando un desmayo en el anciano. Asustado, se marchó de aquella casa, a la cual no volvió más por miedo al rechazo. De cualquier forma, mantuvo el apellido y  se comportó como como si nada hubiese sucedido de cara a la sociedad mágica.

Continuó yendo a las reuniones en el consejo, fue allí donde pudo encontrar a los Odenheimer una vez más, y su madre lo convenció para volver a la casa. Con el paso de los años los “hermanos” consiguieron escalar puestos dentro del consejo, ayudados de la buena fama que tenía la familia de sangre limpia. Formaban parte del Wizengamot… solo que, al ser los recién llegados, les tocó ensuciarse las manos por decirlo de alguna manera.

Los enviaron como vigilantes al casi recién abierto colegio Hogwarts de magia y hechicería, ellos serían los ojos y oídos de todos los magos que desconfiaban en aquella institución. Serían los verdugos en cuyas manos y cartas decidirían si el colegio debía continuar con su acción… o si se trataba de alguna estratagema para derrocar al mundo mágico tal y como se conocía.
Y Lyssander piensa cumplirlo al pie de la letra.

 Varita: Avellano, con centro de unicornio. Treinta centímetros y medio. Dura
Boggart: Sangre. La única vez que tuvo experiencias con uno, empezaron a caer cascadas de sangre del armario donde se encontraba oculto.
Patronus: Macho Cabrío
Otros: a pesar de conocer sus raíces tras la revelación de su padre adoptivo, Lyssander se aferra como nadie a la idea de que él no es un sangre sucia, sino que su auténtico padre es el patriarca Odenheimer. Aun así no puede evitar sentirse utilizado y tiene cierto odio/amor por esa familia. La única persona a quien realmente estima es a su madre, por quien volvió a la casa, y en cierto modo también a su hermano, con quien se ha visto obligado a llevar a cabo esta misión.